Conforme estaba previsto, los dos primeros días del puente de la Inmaculada, doce personas nos desplazamos a Vivar del Cid para vivir la intensa experiencia de reflexión personal y de comprensión de la realidad exterior que es el Oasis. Contamos con la presencia de Ricardo que vino desde Guadalajara para compartir la experiencia con nosotros.
Serafín planteó la metodología de trabajo la noche del viernes 3. A continuación, un descanso largo y profundo en el silencio y la paz de esta cómoda casa.
Los temas se fueron desgranando a lo largo de los dos días, siempre seguidos de ratos para la reflexión personal, facilitada por diversos materiales. Entre Serafín y Teresa fueron exponiendo grandes cuestiones de la vida miradas desde la primera juventud: la felicidad, el desarrollo psicológico y afectivo, los momentos de crisis, nuestra enorme capacidad para disfrutar y los problemas que, en ocasiones, nos depara nuestra sensibilidad, las formas de vivir la amistad, los planteamientos vitales y las consecuencias que suelen llevar aparejados, las crisis de nuestra sociedad, la manera de organizarse el tiempo y las relaciones para vivir una vida intensa y verdadera…
De forma bien articulada fuimos tratando cuestiones propias de la psicología, de la antropología, de la filosofía, de la teología, de la moral, de la economía, de la geopolítica, de la actualidad… Una estupenda oportunidad para profundizar en el conocimiento personal y en el conocimiento del mundo en el que vivimos. Como es lógico, algunas cuestiones dieron lugar a debate por la disparidad de miradas.
En el cambio de impresiones final fue voz común que se necesita más tiempo para los temas. La mayoría también comentaron que fueron unos días intensos, pero que se sienten descansados, y que les ha servido para cuestionarse aspectos de su vida que habitualmente no abordan.
A pesar de que es “una convivencia con poca convivencia” (lo fundamental es el trabajo personal), el ambiente que se crea entre los participantes es de cercanía y complicidad. Todo el mundo vuelve con una alegría grande, con crecidas y con la sensación de que su vida ha mejorado mucho en poco tiempo.