Ya se acercan las vacaciones y nos van entrando ganas de coger la mochila e iniciar de nuevo una de nuestras rutas veraniegas. Este año vamos por los Picos de Europa a Santo Toribio de Liébana en Potes, provincia de Cantabria.
Es una ruta de inmensa belleza porque los macizos de Picos, con su roca casi blanca, brotando del verde cantábrico, recortan sus paredones en el cielo. Desfiladeros, ríos de aguas cristalinas, neveros, aves majestuosas, nubes que juegan a esconder a las cumbres. En nuestra España, pocos paisajes de montaña se pueden considerar más bellos.
Nuestro campamento se estructurará en tres etapas acordes con los paisajes y los temas que iremos tratando. Los primeros días tendrán como tema mi persona. Después tendrán un carácter más social y mirarán nuestro mundo. Los últimos días se centrarán en el análisis de nuestro futuro. Parteluz es diversión, pero también mirada detenida hacia uno mismo, el mundo y la vida.
Por las mañanas, antes de iniciar nuestra ruta, reflexionaremos sobre diversos valores que van a tono con lo que estamos viviendo esos días y están en función de nuestro enriquecimiento personal. Normalmente los presentaremos con alguna anécdota de la historia de España que nos pueda iluminar y servir de estímulo, además de aprender. Pero vayamos a la distribución de los días.
Salida: miércoles 3 de julio. Los primeros días
Saldremos a las 8:00h del miércoles 3 de julio. Pararemos en Ribadesella para tener el primer contacto entre todos y bañarnos en su hermosa playa. Comeremos en un parque cercano, pero fuera de la arena. Después saldremos hacia Arriondas, en la entrada al macizo occidental de Picos de Europa. Es un bello pueblo asturiano en el que las estribaciones de Picos juegan a esconderse por las laderas que rodean a la villa.
El jueves 4 en una etapa corta (para entrenarnos progresivamente), nos acercaremos al camping en la rotonda que da entrada a la carretera que sube a Covadonga. El camino será por la orilla del Sella y nos haremos la foto ritual en el puente romano de Cangas de Onís.
El viernes 5, en Avín, ya estaremos en frente del macizo occidental. Aprovecharemos la piscina de este camping porque los días siguientes nos introducimos en las montañas y los camping ya no disponen de estas instalaciones más veraniegas que montañeras.
El sábado 6, de Avín caminaremos a Arena de Cabrales, al pueblo del famoso queso de mala vista y olor, pero estupendo sabor. Pernoctaremos en el camping que está junto al Cares que acaba de salir de su famoso desfiladero. Ya se palpan las altas montañas.
El domingo 7 por la mañana subiremos río arriba por el impresionante desfiladero del Cares. ¿Cómo describir esos paredones verticales recortándose en el cielo y el Cares saltando entre las rocas en lo más profundo del valle? Ni las muchas fotos que haremos darán una visión suficiente de lo que contemplarán nuestros ojos. Esa noche dormiremos en un albergue. Literas en vez de tiendas de campaña.
El lunes 8 dejaremos el valle del Cares camino a Santa Marina de Valdeón, un pueblecito mínimo al pie de los inmensos paredones del pico Friero. Como la ruta es corta prepararemos un gran juego entre los praderíos y hayedos del otro lado del pueblo. Montaremos las tiendas en una explanada elevada que mira de frente a las orgullosas cumbres de Picos de Europa.
El martes 9, mientras los coches de apoyo deben salir de las montañas para rodearlas camino a Fuente Dé en Cantabria, nosotros subimos por un hermoso hayedo hacia el puerto que separa las dos provincias. Al coronarlo tendremos a nuestro pie una especie de circo de montañas: al norte, los Picos con sus manchas de nieve; al sur, las estribaciones del Sistema Cantábrico. Por otro hayedo descenderemos al camping.
Miércoles 10 de julio: la etapa reina
El miércoles 10 será la etapa reina de nuestra travesía. Tomaremos el teleférico que en unos breves momentos nos subirá unos ochocientos metros de desnivel. Desde la estación de arriba contemplaremos el impresionante valle de Fuente Dé. De allí, ascendiendo por roquedos, pedreras y neveros, llegaremos al collado de Horcados Rojos, un impresionante mirador hacia las paredes verticales del Naranco de Bulnes. Con un poco más de esfuerzo llegaremos a la cumbre de Horcados Rojos. Estamos en el medio del macizo central de Picos de Europa. Si el día está claro, veremos el mar, y en cualquier caso veremos los pequeños y grandes neveros que rodean nuestra cumbre.
En el descenso aprovecharemos para jugar con la nieve ¡en julio! Incluso, podremos deslizarnos en algunos tramos. Volveremos al teleférico y descenderemos rápidamente hasta nuestro camping con la satisfacción de haber coronado una cumbre importante de casi 2.600 metros sobre el nivel del mar.
El jueves 11, por caminos y breves tramos por carretera, descenderemos acompañando al río Deva que hemos visto nacer en Fuente Dé. La roca va dejando paso a las laderas verdes y los praderíos. En el camping de San Pelayo volvemos a disfrutar de una hermosa piscina ya que estamos en uno turístico.
El viernes 12, por una senda de unos cinco kilómetros, ascendemos al monasterio de Santo Toribio de Liébana, meta de nuestra peregrinación. Participaremos en la misa del peregrino y recibiremos la acreditación de que hemos caminado más de cien kilómetros para llegar al Lignum crucis, el fragmento de la cruz de Cristo más grande que se conserva. De ahí bajaremos al camping de la Viorna que dispone de piscina con una hermosísma vista sobre el macizo oriental de Picos.
Fiesta final y plan de regreso
El sábado 13 haremos un par de kilómetros por una senda que sube al albergue de santo Toribio a los pies del monasterio y en un paraje rodeado de montañas y aislado de cualquier edificación. El lugar ideal para el Oasis que vamos a desarrollar por la tarde. El tema central será el futuro que podemos vislumbrar según nuestras capacidades e intereses. ¡Casi nada!
Esa noche tendremos nuestra selecta fiesta de final del campamento. Cena especial, juegos, pruebas y música para mover el esqueleto. Un rato para celebrar la amistad y las muchas experiencias que hemos compartido esos días. Como todo lo bueno, el campamento ha pasado visto y no visto. ¡Y mira que hemos hecho cosas!
El domingo 14 saldremos para la playa de San Vicente de la Barquera. Tras la comida nos desplazaremos al laberinto de Villapresente. Allí comprobaremos nuestra memoria visual y nuestra capacidad de observación.
Como ya es un rito de todos los veranos, en el parque de Aguilar de Campoo intercambiaremos nuestras impresiones, nos contaremos lo que hemos vivido cada uno, agradeceremos sus esfuerzos a los que han preparado el campamento y programaremos las actividades que desarrollaremos como grupo el resto del verano.
No lo hemos dicho, pero se sobreentiende que todas las tardes trataremos algún tema relacionado con las tres etapas que comentábamos al principio y todas las noches disfrutaremos de una velada para distender el ánimo y divertirse, de forma especial con el Parteluciario con sus crónicas y cotilleos. Y acabaremos con algún testimonio de esos que nos gustan tanto, son tan enriquecedores y favorecen en gran medida nuestra vida de familia.
Además, viviremos mil momentos que no se pueden planificar y nos nutrirán de anécdotas para meses y de amistad para toda una vida. Una nueva experiencia para no olvidar.